La vida está llena de objetivos por todas partes, no todo han de ser grandes expectativas, ni siquiera pequeñas ...
Fíjate objetivos en los que te sientas bien, cómoda, objetivos que sean conseguibles porque estén cercanos y deja que sea esa acción natural la que poco a poco genere en ti la alegría y el bienestar de una forma orgánica y alineada.
Si constantemente esperas que la vida te sorprenda y te haga feliz por ella misma sin cultivar previamente en ti tu bienestar y armonía, todo se convertirá en un continuo estado de necesidad y alerta que generará en tí estrés y frustración.
Así que abre los ojos y mira a tu alrededor, aprovecha las oportunidades que se manifiesten a tu paso, vive en presencia dia a día y descubre en ti aquello que te hace feliz. Recuerda que la obligación y el esfuerzo permanente generan continuamente precisamente eso, obligación y esfuerzo en un bucle mental interminable. Decídete a sustituirlo por la fuerza de la coherencia interna y lánzate a vivir aquello que ella mueve en ti, por pequeño que sea, verás entonces como la disciplina y el trabajo surgen de forma natural, consciente e integrada.
Recoge la recompensa en tu día a día de la dicha y el gozo que se han abierto paso en tu interior.
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