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EN EL OJO DEL HURACÁN

Esta imagen la podríamos interpretar de muchas formas, para esta ocasión os propongo que la sintáis como un punto amarillo que podéis ser vosotr@s y todo lo que se mueve alrededor vuestro. La imagen, dentro del movimiento que sugiere, está clara, es nítida, se pueden percibir con bastante claridad las formas y colores de todo el conjunto. Mi hipótesis es que el punto amarillo se mantiene fijo, estático y es precisamente ese centramiento el que da cierta solidez a todo lo que se mueve girando a su alrededor. Si el punto amarillo se moviese al igual que el resto y en cualquier dirección, todo el conjunto se volvería caótico, perdiendo su eje, su centro, incluso esa cierta armonía dentro del propio movimiento.


Durante una parte de mi vida yo misma vivía así, mi punto amarillo estaba desdibujado en ese mar de círculos concéntricos de la fotografía y durante ese tiempo fue lo que fue y fui quien fui, no seré yo quien me juzgue a estas alturas, aunque si reconozco que fueron épocas de muy escasa conciencia de mi misma, las tareas diarias eran tantas que no me quedaba tiempo para cuestionar o cuestionarme y en mi propia necesidad de sentirme útil y atender a todo y a todos, la vorágine de situaciones a mi alrededor que me requerían anestesiaban mi consciencia.


Tener una vida física, mental, emocional y energética sana es, entre otras cosas, saber mantenerse como el punto amarillo, centrados en nuestro propio ser sin dejarnos llevar por la ansiedad del ritmo de vida. ¿Sabéis que hay estudios que confirman que diariamente generamos alrededor de 60.000 pensamientos? ¿Y lo que es más preocupante, que el 95% de esos pensamientos son repetitivos, es decir, son los mismos que tuvimos el día anterior, y el anterior, y el anterior …?


Saber encontrar momentos al día para parar y observarnos son pequeñas tomas de conciencia que nos pueden ayudar a gestionar mejor la forma en que vivimos. Vivir en el presente, en cada momento, en el aquí y el ahora, utilizando la respiración para ayudarnos a calmar el impulso visceral de actuar o incluso permitirnos esos segundos para observar nuestros pensamientos y desde ahí poder decidir como continuar. Cuando la práctica se convierte en hábito acabamos por tomar conciencia de como en ocasiones hacemos cosas que, de haber tomado un tiempo para observar, no hubiésemos hecho o como repetidamente mantenemos los mismos pensamientos sobre hechos ya pasados castigándonos de forma innecesaria. Concluyendo, se trata de vivir de forma más sana y, una vez aprendamos a hacerlo para con nosotr@s, el reflejo empezará a darse fuera de forma natural.


Por último recordaros de nuevo que existen diversas formas de recuperar la conciencia de quienes somos y que queremos ser en esta Vida. Practicar meditación, respiración consciente, cultivar una actitud sana respecto a nosotr@s responsabilizándonos de lo nuestro, nuestro pensamiento, emoción, palabras y hechos y no de los demás, no intentar arreglar la vida de nadie antes de tener la nuestra en orden …. El exterior es un reflejo de nuestro interior así que la mejor manera de vivir en un entorno sano y ordenado es preocuparnos de mantener nuestro interior justo de esa forma, tal y como dice la Ley de Correspondencia, una de las 7 Leyes Universales del Kybalion, “Como es arriba es abajo, como es adentro es afuera”.


13 de marzo, yo sigo aquí ordenándo-me ….



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